Introducción
Los milagros ocurren todos los días, no sólo en pueblos remotos o
en lugares sagrados al otro lado del mundo, sino aquí mismo, en nuestras vidas.
Brotan desde su fuente oculta, nos rodean de oportunidades y desaparecen; Son
las estrellas fugaces de la vida cotidiana. Estas estrellas son tan poco
frecuentes que nos parecen mágicas, pero la verdad es que surcan el cielo de
manera constante. Sólo que no las notamos durante el día porque estamos
deslumbrados por la luz del sol, y en la noche únicamente son visibles si
volteamos hacia el lugar correcto, en un cielo oscuro y despejado.
Aunque los consideramos extraordinarios, los milagros también surcan
nuestra conciencia todos los días. Podemos optar por percibirlos o ignorarlos,
sin reparar en que nuestro destino puede pender de un hilo. Sintoniza con la
presencia de los milagros y al instante la vida se transformará en una
experiencia deslumbrante, más maravillosa y emocionante de lo que jamás
imaginaste; ignórala, y una oportunidad se habrá ido para siempre. La pregunta
es: ¿reconocerías un milagro si lo vieras? Si lo reconocieras, ¿qué harías? Y si
de alguna forma pudieras orquestar tus propios milagros, ¿cuáles elegirías?
Más allá de tu ser físico, más
allá de tus pensamientos y emociones, en tu interior hay un reino que es
potencial puro; desde este lugar, cualquier cosa y todas las cosas son posibles.
Incluso los milagros, en especial los milagros. Esta parte de ti, se entreteje
con todo lo que existe y existirá. He dedicado mi vida a explorar y enseñar
formas para aprovechar este campo infinito de posibilidades, con el fin de
redirigir y mejorar nuestras vidas en los aspectos material, emocional, físico
y espiritual.
En libros anteriores, me he concentrado
en consecuencias específicas, por ejemplo: he escrito exhaustivamente sobre
cómo obtener una salud perfecta, cómo encontrar el camino hacia el amor y cómo
conocer a Dios. Este libro fue escrito con un objetivo más amplio: mostrarte
una manera de ver la profunda verdad que yace detrás de la ilusión de la vida cotidiana,
para que descubras tu verdadero destino y cómo forjarlo. Éste es el camino
hacia la realización y, en última instancia, hacia la iluminación.
Durante más de una década he
estado fascinado por la idea de que las coincidencias dirigen y dan forma a nuestras
vidas. Todos hemos experimentado sucesos que pueden considerarse increíbles o
asombrosos. Estamos ordenando un armario y encontramos un regalo de una persona
con la que no hemos hablado en años; una hora después, sin motivo aparente, esa
persona nos llama por teléfono. Leemos en el periódico un artículo sobre un tratamiento
experimental para el cáncer de piel y, por alguna razón desconocida, decidimos
guardar ese diario. Un mes más tarde, un familiar nos llama para decirnos que
acaban de diagnosticarle cáncer en la piel y la información del artículo que guardamos
influye en sus decisiones y termina por salvarle la vida. Nuestro auto se descompone
en una carretera desierta y el primer vehículo que pasa, justo cuando nos
resignamos a pasar varias horas varados, es una grúa.
¿Es posible considerar estos momentos
como meras coincidencias? Por supuesto que sí, pero en un análisis más
detallado también podemos decir que son atisbos de lo milagroso. Cada vez que
tenemos estas experiencias, podemos considerarlas sucesos azarosos en un mundo
caótico y desecharlas, o podemos reconocerlas como acontecimientos
potencialmente cruciales. No creo en las coincidencias sin sentido; creo que
cada coincidencia es un mensaje, una pista sobre un aspecto particular de
nuestras vidas que requiere atención.
¿Has escuchado alguna vez esa voz
tranquila y sosegada en tu interior? ¿Alguna vez has tenido un sentimiento visceral
respecto de algo o alguien? Esa voz y ese sentimiento visceral son formas de
comunicación a las que debemos hacer caso. Las coincidencias también son
mensajes de ese tipo. Si prestas atención a las coincidencias de la vida,
podrás aprender a escuchar sus mensajes claramente; si comprendes las fuerzas
que moldean las coincidencias, puedes llegar a influir en éstas y crear un conjunto
propio de coincidencias significativas, aprovechar las oportunidades que te ofrezcan
y experimentar la vida como un milagro en constante desarrollo que inspira
admiración en todo momento.
Casi todos vamos por la vida con un poco de temor, de preocupación
y nerviosismo. Somos como niños que juegan a las escondidas: queremos que nos
hallen pero esperamos que no lo hagan, y nos comemos las uñas de los nervios. Nos
preocupamos cuando las oportunidades se acercan demasiado y nos ocultamos en las
sombras cuando el temor nos desborda. Ésta no es la manera adecuada de vivir.
Las personas que comprenden la verdadera naturaleza de la realidad, aquéllas a las
que algunas tradiciones llaman iluminadas, pierden todo temor o aflicción. Las
preocupaciones desaparecen. Una vez que comprendemos cómo funciona la vida —el
flujo de energía, información e inteligencia que dirige cada momento— empezamos
a percatarnos del increíble potencial de ese momento. Las cosas mundanas simplemente
dejan de molestarnos. Nos volvemos alegres y nos sentimos llenos de dicha. Además,
encontramos más coincidencias en nuestra vida.
Cuando vivimos valorando las coincidencias y sus significados, nos
conectamos con el campo subyacente de posibilidades infinitas. Aquí empieza la magia.
Éste es un estado que llamo sincrodestino, en el que es posible alcanzar el
cumplimiento espontáneo de todos nuestros deseos.
El sincrodestino requiere que ingresemos en la profundidad de
nuestro interior y, al mismo tiempo, que tomemos conciencia de la intrincada danza
de coincidencias que hay afuera, en el mundo físico. Requiere comprender la
naturaleza profunda de las cosas, reconocer la fuente de la inteligencia que crea,
sin cesar, nuestro Universo y mantener la intención de aprovechar las
oportunidades específicas de cambio conforme se presenten.
Antes de explorar este tema, hagamos un pequeño experimento.
Cierra los ojos y piensa en lo que hiciste durante las últimas 24 horas. Vuelve
con tu memoria desde donde estás en este momento, a donde estabas hace
exactamente un día. Recuerda con el mayor detalle posible lo que hiciste, los
pensamientos que pasaron por tu cabeza y los sentimientos que afectaron tu
corazón. Ahora elige un asunto o lema de las pasadas 24 horas y concéntrate en
él. No tiene que ser algo especialmente importante o espectacular; sólo algo
que recuerdes haber enfrentado durante el día. Si fuiste al banco, puedes elegir
el dinero o la situación económica; si tuviste una cita con el doctor, puedes
elegir la salud; si jugaste golf o tenis, puedes concentrarte en los deportes.
Piensa en este tema durante unos segundos.
Ahora vuelve cinco años atrás. Concéntrate en la fecha de hoy y
retrocede año por año hasta que llegues a la misma fecha cinco años atrás. Observa
si puedes recordar más o menos dónde estabas y qué estabas haciendo en esa época.
Intenta imaginar tu vida en ese momento, lo más claramente posible.
Una vez que hayas creado una imagen mental nítida de tu vida, tal
como era hace cinco años, introduce el tema o asunto de las pasadas 24 horas en
el que hayas elegido concentrarte: situación económica, salud, religión o lo que
haya sido. Intenta recordar la mayor cantidad de sucesos relacionados con esa área
de tu vida. Por ejemplo, si el tema que elegiste es la salud, podrías recordar las
enfermedades que has padecido, cómo éstas te llevaron de un médico a otro, cómo
decidiste dejar de fumar y cuánto pudo haber afectado esto a otras áreas de tu
vida, o la dieta que escogiste. Realiza este ejercicio ahora mismo.
Mientras pensabas en el tema de tu elección, en cómo se desarrolló
y afectó tu vida actual, estoy seguro de que descubriste muchas coincidencias. La
vida depende en gran medida de los encuentros fortuitos, los giros del destino o
los caminos que súbitamente doblan en una nueva dirección. Es probable que ese
tema se haya conectado pronto con otras áreas de tu vida, pese a que al principio
parecía totalmente insignificante. Al rastrear tu historia personal de este modo,
puedes llegar a comprender el papel que las coincidencias han desempeñado en tu
vida. Puedes ver que si un pequeño detalle hubiera sido diferente, la historia
sería otra, con otras personas, en otro empleo o con una trayectoria de vida
totalmente distinta.
No obstante que concibas a tu vida como completamente planeada,
hay sucesos que moldean tu destino de una manera que, quizá, nunca imaginaste.
Las coincidencias y otros pequeños milagros que ocurren de manera cotidiana, son
pistas de que el Universo te reserva planes mucho más grandes de lo que jamás soñaste.
Mi vida, que para los demás parece tan bien planeada, es una sorpresa continua.
Asimismo, mi pasado está lleno de notables coincidencias que me convirtieron en
quien soy ahora.
Mi padre sirvió en el ejército hindú como médico personal de Lord Mountbatten,
último gobernador general del Imperio Británico en India. Mientras cumplía con
sus obligaciones, mi padre convivió estrechamente con Lady Mountbatten, con
quien entabló amistad. Ella lo exhortó a solicitar una beca para convertirse en
miembro del Colegio Real de Médicos, motivo por el cual mi padre partió a
Inglaterra cuando yo tenía unos seis años de edad. Poco después, mi madre
también dejó la India para reunirse temporalmente con mi padre, y mi hermano
menor y yo quedamos al cuidado de nuestros abuelos.
Un día, mi padre envió un telegrama desde Inglaterra en el que anunciaba
que finalmente había aprobado todos sus exámenes. Fue un día memorable para todos.
Mi abuelo, orgulloso del éxito de su hijo, nos llevó a celebrar. ¡No habíamos experimentado
un día tan emocionante, como ése, en nuestras jóvenes vidas! Nos llevó al cine,
a una feria ambulante y a un restaurante familiar.
Nos compró dulces y juguetes. El día entero fue una gloriosa
vorágine de felicidad. No obstante, por la noche mi hermano y yo despertamos por
el sonido de unos gemidos. Aunque no lo supimos inmediatamente, mi abuelo había
muerto, y el sonido que nos había despertado era el angustioso llanto de las
mujeres dolientes. El cuerpo de mi abuelo fue incinerado y sus cenizas se
esparcieron en el Ganges.
Esto nos afectó profundamente a mi hermano y a mí. Yo permanecía
despierto por las noches, preguntándome en dónde estaba mi abuelo, y si su alma
había sobrevivido de alguna forma después de su muerte. Mi hermano tuvo una
reacción distinta: su piel empezó a despellejarse, como si tuviera quemaduras graves
de sol. No había una explicación física para esto y consultamos a varios doctores.
Un acertado médico reconoció que los recientes acontecimientos traumáticos
podían haber dejado a mi hermano desprotegido y en un estado de vulnerabilidad,
y que aquel síntoma era una manifestación externa evidente. También predijo que
la exfoliación desaparecería cuando nuestros padres volvieran a la India, y así
fue. Cuando reflexiono en estos acontecimientos tempranos, me doy cuenta de que
fueron la semilla del trabajo de toda mi vida: investigaciones sobre la naturaleza
del alma y estudios de la conexión mente-cuerpo en el campo de la salud. La
elección de mi profesión dependió de una larga serie de coincidencias cuyos
orígenes encuentro en cualquier dirección a la que mire, en este caso, en la
amistad de mi padre con Lady Mountbatten.
Hubo otros acontecimientos aparentemente fortuitos que influyeron
todavía más en mi vida.
Cuando estaba en la escuela, mi mejor amigo era un compañero que
se llamaba Oppo. Él era muy hábil con las palabras. Cuando en la clase de inglés
teníamos que elaborar un reporte escrito, él siempre obtenía las mejores
calificaciones. También era muy divertido. Quería imitarlo en todo lo que él
hacía. Cuando Oppo decidió que quería ser escritor, tomé la misma resolución.
Sin embargo, el sueño de mi padre era que fuera médico. Cuando nos
sentamos a platicarlo, le dije: «No, no quiero ser doctor; la medicina no me
interesa en absoluto. Quiero ser un gran autor. Quiero escribir libros». No
mucho después, en mi cumpleaños número catorce, mi padre me regaló algunos
libros maravillosos, entre ellos: Of Human Bondage de W. Somerset Maugham,
Arrowsmith de Sinclair Lewis y Magnificent Obsession de Lloyd C. Douglas. Aunque
no lo mencionó en el momento, todos estos libros son sobre médicos y me dejaron
una impresión tan profunda que despertaron mi deseo de convertirme en uno.
El estudio de la medicina me pareció una manera ideal de iniciar la
exploración de la espiritualidad. Pensé que si desentrañaba los misterios del,
cuerpo humano, tal vez algún día llegaría al alma. Si no hubiera conocido a
Oppo, quizá nunca hubiera desarrollado mi amor por la literatura y la
escritura. Si mi padre hubiera actuado diferente y se hubiera opuesto a mi
decisión de ser escritor en vez de alentarme con libros sobre médicos, tal vez me
hubiera convertido en periodista. Pero estos sucesos aparentemente inconexos y
esta red de relaciones —de Lady Mountbatten a mi padre, a mi abuelo y a mi hermano,
y con Oppo— estaban sincronizadas entre sí. Es como si una conspiración de
coincidencias hubiera forjado mi historia personal y me hubiera orientado a la
vida que tanto disfruto hoy.
Todos estamos inmersos en una red de coincidencias que nos inspira
y nos ayuda a dar rumbo a nuestras vidas. En este preciso instante, mi vida me
ha guiado a escribir este libro, a estar en comunión contigo a través de las
palabras, de esta página. El simple hecho de que estés leyendo estas palabras,
que hayas encontrado este libro, que hayas decidido abrirlo y que inviertas
tiempo y energía en investigar qué es el sincrodestino, es una de esas
coincidencias potencialmente cruciales de la vida. ¿Qué circunstancias te
trajeron a este libro? ¿Cómo lo elegiste entre otros miles? ¿Qué cambios te
gustaría hacer en tu vida, ahora que has leído los primeros párrafos?
Sin embargo, identificar la red de coincidencias de nuestras vidas
es sólo el primer peldaño para comprender y vivir el sincrodestino. El siguiente
paso consiste en tomar conciencia de las coincidencias mientras ocurren. Es
fácil verlas en retrospectiva, pero si las descubres en el momento en el que suceden,
estarás en una mejor posición para aprovechar las oportunidades. Además, la conciencia
se traduce en energía. Mientras más atención prestes a las coincidencias, es
más probable que aparezcan, lo que significa que cada vez tendrás un mayor
acceso a los mensajes que se te envían sobre el rumbo que debe tomar tu vida.
La fase final del sincrodestino tiene lugar cuando tomas plena
conciencia de la interrelación de todas las cosas, de cómo cada una influye en
la otra, de cómo están sincronizadas entre sí. Estar en sincronía significa
operar al unísono, como unidad. Imagina un cardumen que nada en una dirección; luego,
en un parpadeo, todos los peces cambian de dirección. No hay un líder que dé
instrucciones.
Los peces no piensan: el pez que está frente a mí viró a la
izquierda; por lo tanto, debo virar a la izquierda. Todo ocurre simultáneamente.
Esta sincronía responde a una gran inteligencia omnipresente que reside en el
corazón de la naturaleza y que se manifiesta en cada uno a través de lo que
llamamos alma.
Cuando aprendemos a vivir desde el alma, ocurren varias cosas. Tomamos
conciencia de los exquisitos patrones y ritmos sincrónicos que gobiernan la
vida. Comprendemos los infinitos recuerdos y experiencias que nos han
convertido en quienes somos ahora. El temor y la ansiedad desaparecen cuando
observamos el mundo conforme se desarrolla. Identificamos la red de
coincidencias que nos rodea y nos damos cuenta de que hasta los sucesos más pequeños
tienen un significado.
Descubrimos que al prestar atención e intención a estas coincidencias,
podemos conseguir resultados específicos. Establecemos contacto con todos y con
todo lo que existe en el Universo y reconocemos el espíritu que nos une a
ellos. Revelamos la maravilla oculta en nuestro interior y nos deleitamos en nuestra
gloria recién descubierta. Conscientes, convertimos nuestra vida en la expresión
infinitamente creativa para la que fue creada, y con ello vivimos nuestros sueños
más profundos y nos acercamos a la iluminación.
Éste es el milagro del sincrodestino.
Las páginas siguientes están divididas en dos secciones. La primera
explora la dinámica de las coincidencias, la sincronicidad y el sincrodestino, y
responde a la pregunta ¿cómo funciona? La segunda cubre los siete principios
del sincrodestino, junto con una planeación diaria para que utilices lo que has
aprendido. Este apartado responde a la pregunta ¿qué significa para mí?
A quienes les gusta alcanzar objetivos o han leído mis libros anteriores,
pueden sentirse tentados a pasar directamente a las lecciones, pero hay
matices, información adicional y comentarios específicos que será conveniente
entender antes de seguir adelante. De hecho, hay que considerar que el concepto
de sincrodestino ha evolucionado durante los últimos diez años y sigue
haciéndolo. Tal vez hayas asistido a cursos o escuchado audio casetes sobre el
tema, pero considera este libro como sincrodestino I, una introducción, y sincrodestino
II, una comprensión más avanzada y clara sobre este fenómeno, como teoría y
experiencia.
A quienes no conozcan mis obras anteriores, los exhorto a que no pierdan
el impulso. He intentado que éste sea el libro más accesible y espero haberlo logrado.
Sin embargo, a veces lidiamos con algunas preguntas profundas, y tal vez sientas
de pronto que nunca comprenderás.
Procura no quedarte atascado en un párrafo o una página. Cada
capítulo se basa en el anterior y los capítulos siguientes aclaran los puntos
que pudieron ser complejos al primer contacto. Los objetivos son dos:
comprender cómo funciona el sincrodestino y aprender técnicas específicas para
aprovechar su poder en la vida cotidiana.
Este libro no cambiará tu vida de la noche a la mañana, pero si
estás dispuesto a dedicarle unos minutos cada día, comprobarás que los milagros
no sólo son posibles, sino abundantes. Los milagros pueden ocurrir todos los
días, en cada hora y en cada minuto de tu vida. En este momento, las semillas
de un destino perfecto están latentes en tu interior. Libera su potencial y
vive una vida más maravillosa que cualquier sueño. Permíteme mostrarte cómo.
« Deepak Chopra »
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