“No te
resistas al dolor. Dale permiso para estar ahí. Ríndete al dolor,
desesperación, miedo, soledad o cualquier sufrimiento que sea. Sé
testigo sin el etiquetado mental. Abrázalo. Entonces observa como el
milagro de la entrega transmuta el profundo sufrimiento en profunda paz
interna. Esta es tu crucifixión. Déjalo convertirse en tu resurrección y
ascensión.”
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